Artículo escrito por Lara Hernández, facilitadora de la experiencia ‘The Break’ 2023 con Pueblos Remotos.

Imagínate: 18 mujeres de más de 10 nacionalidades diferentes reunidas durante un mes, bajo el mismo techo en Agaete (Gran Canaria).

El pasado mes de junio tuve la suerte de colaborar como embajadora de Pueblos Remotos en el programa europeo #TheBreak.

Si siguen de cerca este blog, sabrán que el objetivo de este programa es crear una red de 1000 emprendedoras europeas para impulsar sus negocios y generar un impacto positivo en el ecosistema rural español.

¿Y qué pintaba yo ahí? Como facilitadora y coordinadora, mi objetivo era asegurarme de que la experiencia para estas mujeres en Gran Canaria fuese inolvidable. Dicho de otro modo, poner en marcha el marco y los medios para que la conexión se crease por si sola entre las chicas.

No te voy a engañar, ¡al principio sentía un poco de presión! ¿Cómo iba a manejar un grupo tan diverso? ¿Cómo iba a abordar posibles conflictos y satisfacer las necesidades de cada una? ¿E iba a lograr que trabajasen hacia un objetivo común?

Un pequeño adelanto… fue mucho más que un retiro.

Lo que experimentamos fue toda una transformación colectiva y humana. Incluyéndome a mí.

Vente, que te lo cuento todo 🚀

🤝 70% de la energía: en la preparación y en las personas

Estoy convencida al 100% de que no habría podido hacer este trabajo si no hubiera sentido un verdadero interés por cada una de las breakers.

Antes de su llegada a Agaete, aproveché las primeras mentorías individuales para conocer sus historias, sus sueños y sus miedos, sus necesidades. También era importante darles seguridad y transmitirles confianza (explicarles el programa, responder a todas sus preguntas…)

Además, organizamos una sesión online en Mural para identificar las habilidades de cada una y ver como podrían compartirlas durante el retiro.

En resumen, el 70% de nuestros esfuerzos estuvieron en la preparación, junto a las participantes, mucho antes de que comenzara la experiencia.

⏰ La importancia de los “rituales” para dar ritmo a la experiencia

Desde su llegada a España, quisimos comenzar con los famosos “rituales”.

Primero, nos conocimos mediante dinámicas de teambuilding y nos escribimos una carta a nosotras mismas (para leer después del retiro).

Al llegar a Agaete, organizamos un taller en grupo en el que definimos las “reglas de oro” de la experiencia y establecimos límites. Por ejemplo, una de las breakers quiso proponer un gesto que indicase al resto su necesidad de estar a solas.

Finalmente, establecimos lo que llamamos rituales semanales que invitasen a reunir al grupo: los lunes, un desayuno en familia para compartir objetivos de la semana; los miércoles una mastermind ; y los jueves, las cenas en familia.

💪 No eres una súper woman, y eso está bien

Desde el principio, quise ser la anfitriona perfecta. Me preocupé muchísimo por cada una de las breakers (quizás como una forma de superar algunas dificultades personales por las que estaba pasando en aquel momento).

Quería asegurarme de que cada una se sintiera al 100% integrada, identificar a las personas que tenían dificultades y mantener la energía del grupo alta.

Desde el principio, identifiqué a las personas más reservadas y les presté especial atención cada día.

De repente, surgieron dos casos de COVID-19. Las dos breakers decidieron aislarse durante varios días en sus habitaciones para evitar contagiar al resto. A pesar de todas las medidas que tomé, una de las participantes me hizo saber que se se sintió sola durante su aislamiento.

Ese fue un punto de inflexión para mí y una lección valiosa. Me di cuenta de que no podía cargar con las emociones de todas.

Desde ese día, aprendí a preservar mi energía tomando tiempo para mí en mi habitación cuando necesitaba silencio.

🎨 Un diseño pedagógico exitoso

Un programa bien diseñado es una de las claves del éxito. En este caso, la combinación de mentorías, actividades y trabajo en equipo resultó ser una buena receta.

El programa incluyó:

• Una masterclass por semana impartida por una de las breakers.

• 6 horas de trabajo en un desafío local con emprendedores de Agaete.

• 3 visitas a emprendedores locales para inspirarlas y apoyar sus actividades.

• 5 sesiones de mentoría individual por temática (coaching personal, marketing digital, sostenibilidad, etc.).

Sin embargo, la clave del éxito para mi fue darles suficiente tiempo libre sin objetivos específicos. Los martes y jueves (nuestros días de descanso), la magia ocurría: sesiones de mastermind y de fotografía improvisadas, grupos de trabajo que se formaban de manera natural…

El papel clave de una facilitadora👩‍🏫

«Después de esta experiencia en comunidad, nunca volveré a ser la misma». – Caro Weisberg (breaker)

Una comunidad no se puede forzar, ni imponer. Cada elemento elige formar parte de ella.

Por eso es necesario que :

• A nivel individual, «me sienta 100% yo misma». Y esto requiere una voluntad de apertura y confianza hacia una misma y las demás.

• En grupo, sentir que «cada una forma parte de un todo».

• Los factores externos, el marco y el contexto deben ser favorables. En nuestro caso, teníamos habitaciones individuales, el mar cerca y un entorno tranquilo.

La facilitadora, con su personalidad y enfoque únicos, tiene aquí un rol super importante pero, también muy humilde: el de establecer un marco para que todos estos elementos se desarrollen de manera segura y libre.

No tengo suficientes palabras de agradecimiento para Elsa y Carlos, por haber confiado en mí. Sigo todavía impresionada con el nivel de compromiso, trabajo bien hecho y la calidad humana de ambos.

Participar en este tipo de experiencias, como las que organiza Pueblos Remotos con teletrabajadores en zonas rurales de Canarias, nos permite crecer y transformarnos. Es una oportunidad increíble para conectar con personas de diferentes culturas, aprender de emprendedores locales y experimentar una verdadera transformación personal y colectiva.