Artículo escrito por Carlos Jonay Suárez.

Hace casi 4 meses, el 3 de agosto, publiqué mis primeras palabras en este blog. En aquella ocasión, y después de casi dos meses de la finalización de Icod Remoto, lo hice para hablar de cómo había sido nuestra primera experiencia, nuestro “episodio piloto”

Hoy, en pleno mes de diciembre y rumbo a las vacaciones navideñas, me toca redactar acerca de nuestro segundo proyecto: Antigua Remoto.

Viéndolo con perspectiva, casi me parece imposible el haber lanzado estos 2 proyectos dentro de 2021, y si te soy del todo sincero (y en base a todo lo que ha pasado durante estos 8 meses) tengo la sensación de que lanzamos Pueblos Remotos hace un siglo ¡y aún no tenemos ni un año de vida! 

Anécdotas de poner proyectos en marcha aparte, voy a ir con lo que me toca, y no es otra cosa que hablarte de cómo lo pasamos en Antigua Remoto, y de cómo la ruralidad conectada sigue siendo el nexo de unión de personas, y de momentos inolvidables. 

Antigua Remoto: esto sigue yendo de personas que conectan con personas

La premisa que nos marcamos desde un comienzo con este proyecto sigue estando intacta: conectar a personas entre sí. De hecho, me remito a unas palabras que ya utilicé en un post anterior: “Las iniciativas van y vienen, los proyectos empiezan y se terminan, las empresas abren y cierran. Al final, la diferencia la hacen y la conforman las personas.” 

Y es que el valor diferencial de Pueblos Remotos son las personas que forman parte del mismo. Alejandro, Gonzalo, Lucía, Luís, Raúl, Rocío, Jana y Jose son ahora parte de la familia de Pueblos. Lo son por la confianza que tuvieron en nosotros como proyecto, por su implicación con los 6 actores locales de Antigua y por pensar que “otra forma de hacer las cosas” es posible. Pero, lo son, sobre todo, por formar un grupo de personas increíbles durante 21 días. 

El grupo de personas no se cierra con estos 8 cracks, ya que en esta ocasión tuvimos un valor añadido: la participación de Javi López (Ex-CEO de Erasmusu) como mentor. Aunque en palabras de los #AntiWers (como cariñosamente nos hemos `bautizado”) Javi fue uno más durante los 10 primeros días que pudo participar en Antigua Remoto. 

En este punto, puedo sumar también mi propia experiencia personal, me sume a Antigua Remoto cuando ya llevaba 10 días en marcha, y desde el minuto uno, fui uno más dentro de la familia. 

Hablando de personas, no nos podemos olvidar, ni de lejos, de nuestros 6 actores locales, bueno, 6 si los nombramos como proyectos:

• Daniel y Tere, de Vidaloe

• David, de Casa del Queso Cabrera Pérez

• Aurora, de  VerdeAurora

• Paula y Felipe, de Flypart Artesanía

• Julio y Belén, de The Animal Academy 

• Malole y David, del Hotel Rural Era de la Corte, junto con Flor, de Villa Molino de La Corte.

Todos y cada uno de ellos nos abrieron las puertas de sus negocios, y de Antigua, con muchísimo cariño y dedicación, permitiéndonos conocer este rincón de la isla de Fuerteventura con otro punto de vista.

Para ello, tuvimos la oportunidad de participar en 6 actividades (una por actor local) con las que conocimos su lugar de trabajo, qué hacen en su día a día, o cómo funcionan sus negocios desde dentro. 

Antigua, un paisaje que transmite historia y tradición

Dentro de todas las cosas que pueden moldear, o construir, una experiencia, el paisaje es para mí, una de las más importantes, y esto no iba a ser menos en el caso de Antigua. 

El municipio de Antigua ofrece un paisaje pintoresco y diferente, desde sus característicos molinos, paisajes desérticos, coladas de lava, playas de arena negra o salinas de un blanco puro, hasta casas del siglo XIX con mucha historia, como la Era del Corte.  

El Hotel Rural Era de la Corte, junto con la Villa Molino de La Corte, fue el “centro de operaciones de Antigua Remoto». Un entorno completamente familiar y cercano, dónde pudimos sentirnos, literalmente, como en casa. 

A esto se une, además, que la forma en la que conocimos Antigua fue completamente diferente, ya que lo hicimos a través de actividades propuestas por los actores locales: 

• Conocer una planta de suma importancia para la isla como el aloe, así como la variedad de productos y usos que tiene. 

• Saber cómo funciona la permacultura, sobre todo en una isla que tiene escasez de recursos hídricos como Fuerteventura. 

• Aprender a hacer una ‘pella’ de Gofio y degustarla con un rico ‘potaje de berros’ elaborado localmente, brindando con un rico licor de gofio al finalizar. 

• Observar y entender cómo funciona un refugio de animales de granja, que han sido rescatados del maltrato y el abandono en la isla para darles una segunda oportunidad. 

• Conocer las estrellas y constelaciones que podemos observar en el cielo nocturno majorero durante esta época del año. 

• Elaborar con nuestras propias manos un monedero de cuero cien por cien artesanal y único. 

• Entender cómo funciona el ordeño y el proceso de producción del queso majorero en primera persona.  

Sin duda, Antigua Remoto ha supuesto “otra forma” de ver, sentir y saborear un paisaje local. 

Además de la forma de vivir el municipio, también queremos darles un GRACIAS enorme, a través de este post, a nuestros sponsors por todo lo que han aportado para que esto haya sido una realidad: Patronato de Turismo de Fuerteventura, Ayuntamiento de Antigua y CICAR.

Un ‘chute’ de energía para seguir adelante 

Para nosotros (y ahora personalizo este mensaje en nombre del equipo) Antigua Remoto ha supuesto un chute de energía, eso sin duda. 

Después de los meses de preparación, los nervios, el momento de comenzar y sobre todo de vivir la experiencia, nos queda aún más claro el ‘porqué’ hacemos esto.

Lo hacemos porque la ruralidad conectada es algo fundamental en el mundo actual, la conexión entre personas, tejer redes, construir puentes y sobre todo, vivir estas experiencias, son uno de los mejores legados que puede dejar cualquier proyecto.