Post redactado por Elsa Rodríguez Felipe
A pocas horas de que se acabe el 2021, toca parar y reflexionar sobre todo lo vivido, y aprendido, en este año lleno de incertidumbre. Cuando llegan estas fechas, tengo la costumbre de revisar los objetivos que me propuse a principios de año y de hacer un ejercicio de retrospección sobre todo lo que conseguí, cómo me sentí y si podría haber mejorado algo.
La idea es empezar el año nuevo con una hoja en blanco que podamos llenar de propósitos, sueños y, en definitiva, nuevos objetivos que nos ayuden a enfocarnos en lo que de verdad nos apasiona en cualquier aspecto de nuestra vida. Justo esta semana, hubo dos ocasiones que me inspiraron a escribir este artículo sobre la importancia de ponerle pasión a la vida.
La primera ocurrió revisando los testimonios de los participantes de Antigua Remoto. Me sentí muy reflejada en lo que decía José Navarro cuando hablaba de la actividad que tuvimos con The Animal Academy, uno de los proyectos locales con los que colaboramos:
Esto es aplicable a cada uno de los actores locales con los que colaboramos desde Pueblos Remotos. Lo primero que siempre nos atrae de ellos y nos inspira es su pasión por lo que hacen y cómo nos lo transmiten. Esa pasión es contagiosa y te llena de energía, así que ya sabes, es muy recomendable rodearse de emprendedores apasionados 😉
La segunda ocasión fue escuchando el podcast No tiene nombre, donde Enric, uno de sus integrantes, hacía las siguiente preguntas a sus otros dos compañeros:
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“¿Creéis que alguien puede ser bueno en algo que no le apasiona? ¿Puedes hacer algo durante toda la vida sin pasión?”
Se pueden tener aptitudes y desarrollar un buen trabajo (sin pasión), pero eso no significa que éstas personas sean felices, son personas “grises”, como comentan en el podcast. La pasión es una actitud y cuando hacemos algo sin ella, nos estamos fallando a nosotros mismos. Es verdad que muchas veces es muy complicado encontrar la pasión que a uno le mueve, hay personas que tardan toda una vida, o incluso nunca llegan a encontrar eso que les llena. Esto es seguramente porque no ponen el empeño suficiente, no quieren arriesgarse a salir de su zona de confort, o simplemente porque ni siquiera se lo han planteado.
Uniendo todos estos ingredientes, sólo puedo pensar: ¡Qué suerte tengo de haber encontrado lo que me apasiona y sobre todo de dedicarme a ello! Eso sí, tardé años en hacerlo, di bastantes vueltas, tomé decisiones que cambiaron mi rumbo varias veces, persiguiendo lo que de verdad quería, y aquí estoy emprendiendo (que si me lo llegan a decir hace 5 años, no me lo hubiese creído) gracias a que encontré mi pasión en Pueblos Remotos: la suma del turismo sostenible, el desarrollo rural y el teletrabajo.
Ahora mi pregunta es para ti:
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“¿Estás dedicando tu tiempo y tu energía a lo que de verdad te apasiona? Porque si no es así, te toca reflexionar. No dejes que se te escape la vida sin ponerle la pasión que se merece.”