Ya han pasado algunos meses, concretamente abril, desde el último blog post que escribí por aquí para hablarte acerca de ‘Emprender desde la ruralidad.’
En la última ocasión te hablé de tres proyectos directamente vinculados con la tierra y es que el sector primario (y que haya emprendedores que sigan apostando por el mismo) es de vital importancia para todos nosotros.
Cuestiones tan básicas como la permacultura, plantar de forma ecológica o conseguir un cierto nivel de soberanía alimentaria van a ser una de las bases de nuestro futuro.
Ese vínculo con la tierra se vuelve más latente con un cultivo en concreto cuando llega el mes de septiembre: la vid. Septiembre (si el Cambio Climático nos lo permite) es el mes de la vendimia en muchos rincones de España y esa vendimia es la que nos dice que dentro de unos cuántos meses tendremos vinos nuevos en nuestras bodegas.
Resulta curioso ver cómo a lo largo de mi vida laboral, el vino ha estado presente en muchos proyectos, o momentos. Hice mis prácticas universitarias en una Denominación de Origen de la isla de Tenerife y fue ahí donde descubrí la importancia cultural que tiene ese cultivo para nuestras islas.
Un valor que va mucho más allá de lo cultural
Gracias a tener una perspectiva un poco más amplia, cuando pienso en el vino, no visualizó sólo la botella, si no que visualizo todos esos paisajes que construyen y esculpen muchos de los rincones de nuestra geografía. Desde inmensos campos que van hasta donde se pierde la vista, pasando por los pequeños bancales que forman escaleras de vides en muchos barrancos o laderas de las Islas Canarias.
Además de las peculiaridades de los terrenos, a los mismos se les suma la forma de plantar la vid que tenemos por algunas de estas tierras. Hay cultivos muy curioso, como la plantación en hoyos que se hace en la isla de Lanzarote, para proteger a las uvas del intenso viento que azota las islas, o darle forma de cordón trenzado, una forma tradicional de cultivar típica de La Orotava (en la isla de Tenerife) y única en el mundo. A partir de aquí, hay múltiples formas de cultivo, cada una peculiar de su territorio y que hacen posible que se pueda introducir más mecanización en el proceso, o que por el contrario, se tenga que hacer todo de forma manual.
Como puedes apreciar, la vid supone algo más que la elaboración y producción de un producto como el vino, forma parte de la cultura y del paisaje de sus regiones, y por lo tanto, son también un fenómeno de atracción turística y de generación de economías vinculadas con el sector.
Tres forma de ver y entender la viticultura
Como ya te supondrás, dentro de este artículo te voy a presentar a tres emprendedores rurales (y a sus proyectos) vinculados con el mundo de la viticultura. Todos ellos han formado parte de nuestras experiencias de coliving rural y, por supuesto, de la Ruralidad Conectada:
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Victoria Torres (Bodegas Victoria Torres Pecis): Victoria es una apasionada del vino y de la viticultura, sólo hace falta tener una conversación con ella para entender el conocimiento que tiene de la tierra, el mimo (y la dedicación) que sabe que tiene que darle y el tipo de caldos que quiere producir. Sus vinos están considerados entre los mejores de Canarias y prueba de ello es que su producción suele agotarse con facilidad, exportando hacía países como Estados Unidos o Japón. Toda la elaboración de vino que produce lo hace de forma cien por cien natural, sin ningún tipo de aditivos.
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Víctor Rolo (Bodega Cambium): Víctor es otro apasionado del vino, hasta tal punto, que su trabajo y su hobbie, son la viticultura. Cambium fue la primera bodega ecológica con la que trabajamos en Pueblos Remotos y con él aprendimos muchísimo de cómo se elabora el vino, de como cultivar una vid sin utilización de productos químicos o de cómo se puede vivir con tanta pasión la dedicación a este cultivo. Los vinos de Víctor son de una excelente calidad y muestra de ello es que cada vez tienen más representación en el mercado canario.
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Diego Barrera (Proyecto Vino y Tierra): Diego vive el vino, es la frase con la que mejor podría describirlo. Desde los pequeños trocitos de tierra de su familia (como él mismo diría) hasta cualquier variedad de vino que pase por sus manos, Diego siempre muestra su pasión por el mismo. Con Vino y Tierra, su side project Diego hace actividades para mostrar la importancia de este cultivo, contarte curiosidades sobre el mismo, hacer maridajes y sobre todo, a catarlo y saborearlo. La pasión y el desempeño que pone con ello es digna de admiración.
De izquierda a derecha: 1) Actividad en la bodega de Victoria Torres | 2) Actividad de cata de vinos en Bodega Cambium | 3) Diego descorchando una botella de vino durante una actividad con Vino y Tierra.
Pues, hasta aquí el tercer blog post de la serie: ‘Emprender desde la ruralidad’, dentro del mismo he querido transmitirte la importancia que tiene un sector como es el vitivinícola. En los próximos artículos te seguiré hablando de proyectos increíbles, que mantienen las tradiciones de pequeños rincones de nuestra tierra.
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