Post redactado por Elsa Rodríguez Felipe (co-fundadora de Pueblos Remotos)
El mundo rural es el escenario perfecto para poner en práctica un modelo de desarrollo turístico sostenible basado en el respeto ambiental, social y económico. La protección, y conservación, del entorno que estamos visitando es clave para este tipo de turismo, así como el bienestar de la comunidad local que vive en estos lugares. Igual de importante es la rentabilidad del modelo, es decir, tiene que ser sostenible en el largo plazo. Además, la implicación y el compromiso de los agentes locales es fundamental si queremos que perdure y se genere un impacto socio-económico positivo en el destino.
Existen multitud de razones por las que deberíamos elegir este modelo sostenible donde priman la calidad, la exclusividad y la autenticidad, versus un modelo de masas que se rige por la mediocridad, la cantidad y la falta de originalidad. Para nosotros, las 5 razones prioritarias por las que deberíamos potenciar el turismo sostenible en los entornos rurales serían las siguientes:
1) La vuelta a las raíces. La tierra es la que nos da lo que necesitamos para vivir y la que marca el ritmo, la naturaleza manda. En el campo no existen las prisas, sino que prima la tranquilidad, lo que se conoce ahora como “slow life”. Necesitamos salir de esas ciudades llenas de ruidos, tráfico y el “corre corre” para poder reencontrarnos con nosotros mismos, con nuestra esencia y con el significado del estar en el aquí y en el ahora. Salir a pasear, respirar aire puro, abrazar árboles, escuchar el sonido de los pájaros y de las hojas son muchas de las actividades que nos ayudarán a valorar el mundo rural.
2) La conexión entre personas. Viajar nos permite visitar multitud de lugares, conocer distintas culturas y sumergirnos en nuevas aventuras. Sin embargo, rara vez logramos de verdad conectar con las personas que viven en ese lugar, entender su negocio o su modo de vida, aprender sus historias, en definitiva, formar parte de su día a día. La base del turismo sostenible son las conexiones, permite que los visitantes se integren en la comunidad aportando su granito de arena al mismo tiempo que se llevan consigo una maravillosa experiencia. Son las sinergias las que prevalecen, esa colaboración entre personas, tanto de las que forman parte de la comunidad local como de las que sólo están de paso.
3) La creación de productos turísticos. La cadena de valor del sector turístico es muy amplia y transversal, muchos de los agentes del mundo rural desconocen que su actividad puede considerarse como turística. Un desarrollo turístico sostenible permite la innovación, la diversificación y la creación de nuevas experiencias para las personas que visitan las zonas rurales sin que se llegue a perder la autenticidad de lo que se está ofreciendo. Un ejemplo muy sencillo puede ser una finca ecológica, que se dedica al cultivo de diferentes verduras y frutas, y que comienza a organizar talleres de semilleros sostenibles. Abrir las puertas y recibir a los visitantes (“turistas”) ofreciéndoles experiencias auténticas es creación de producto turístico.
4) El empoderamiento de los emprendedores locales. La mayoría de los negocios o proyectos en los entornos rurales son familiares o unipersonales. Cuando se implementa un modelo de turismo sostenible se les hace visibles, se comunica al mundo que existen y que su trabajo tiene valor. Comienzan a colaborar con otros actores locales que están en su misma situación, surgen sinergias entre ellos y se sienten empoderados porque dejan de luchar solos. La unión es la que hace la fuerza y la que nos permite llegar más lejos.
5) La alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). El desarrollo de un turismo sostenible en el medio rural contribuye positivamente a la consecución de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, especialmente de los siguientes:
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ODS 8 “Trabajo decente y crecimiento económico”, fomentando el espíritu emprendedor, sobre todo de los jóvenes, dando acceso y creando nuevas oportunidades de empleo, diversificando los sectores económicos y reduciendo el desempleo juvenil y la fuga de talento.
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ODS12 “Producción y consumo responsables”, apoyando la producción agroecológica, priorizando la agricultura familiar que gestiona su explotación de una manera sostenible y concienciando sobre la importancia de comprar productos kilómetro cero, lo más cercanos posible.
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ODS 17 “Alianzas”, implicando a las Administraciones locales para generar alianzas eficaces en el ámbito público-privado y potenciando las colaboraciones entre empresas rurales de forma horizontal.
Desde Pueblos Remotos hemos diseñado un modelo que justamente promueve estos 5 aspectos básicos. Cada una de las ediciones cuida en detalle los criterios de lo que hemos denominado la “Ruralidad Conectada” que promueve la conexión con: el entorno, nosotros mismos, otras personas como nosotros, la comunidad local y el mundo en general, mediante el uso de nuevas tecnologías y la digitalización.
Nuestro objetivo es crear un espacio de encuentro entre los visitantes y los actores locales, donde haya transferencia de conocimiento e intercambio de experiencias que perduren en el tiempo y donde, sobre todo, podamos darle voz y visibilidad a todos esos proyectos e iniciativas rurales que están luchando por hacer de este mundo un lugar mejor. Cuando la pasión por cuidar el medio ambiente, beneficiar a las comunidades locales y generar proyectos rentables en el largo plazo se unen, es ahí donde el desarrollo turístico sostenible tiene cabida y debe quedarse.